viernes, 6 de abril de 2007

La Procesión de Las Turbas es más "normal"

En Guadalajara se publican dos periódicos locales: Guadalajara 2000 y La Nueva Alcarria. Este último incluye los viernes una sección cultural con una agenda que a veces resulta interesante. Gracias a ella descubrí, por ejemplo, el Congreso "Pastrana: música, arte y mística" que se celebra desde hace ya unos ocho años en ese pueblo. En 2006 estuvo dedicado a La India y contó con la presencia, entre otros muchos personajes interesantes, de Fernando Sánchez Dragó.

Y es que esa es una de las cosas interesantes de vivir en el entorno rural. Por lo general, los capitalinos nos creemos en posesión del monopolio cultural y miramos con cierta condescendencia la actividad desarrollada en las ciudades de provincia y en los pueblos. A veces, efectivamente, las actividades que se engloban dentro del apartado de cultura son algo rancias y faltas de imaginación. Sin embargo, en otros casos esconden maravillas que nos muestran a los ex-capitalinos que nuestra arrogancia tiene mucho de ignorancia.

Como hoy es viernes, y Viernes Santo además, he comprado La Nueva Alcarria esperando encontrar una buena agenda cultural. Sin embargo, toda la oferta de Guadalajara y Cuenca se limita a numerosísimas procesiones en muchos pueblos y ciudades. Sin despreciar esta tradición, que considero patrimonio cultural y expresión del sentimiento religioso de quienes lo tienen, hubiera deseado encontrar una alternativa laica, o una donde se combinaran tradición e innovación, ya que considero que ambos conceptos son compatibles y que, por lo general, su combinación tiene resultados muy interesantes.

En fin, cabe destacar quizá la incorporación de las mujeres a la Procesión de Las Turbas, celebrada la madrugada de ayer en Cuenca. De nuevo, El País se hace eco de este hecho, que realmente resultaba anacrónico en una ciudad como Cuenca. De las tres mujeres que han participado, dos de ellas eran niñas. La otra , de 31 años, ha rehusado hablar con los medios de comunicación porque considera la incorporación de la mujer a esta tradición como "algo normal, no una noticia". Completamente de acuerdo; lo anormal era su exclusión, y por esta razón he dedicado esta entrada o "post" a ese hecho: gracias a la modificación en los estatutos de la asociación, desde ayer la Procesión de las Turbas es más "normal", si entendemos por "normal" el que se ajuste mejor a los valores de igualdad de género aceptados - al menos en teoría - por la mayoría de la población moderna de nuestro país.

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