Sea un acrónimo de la expresión latina "Salus per Acquam" (salud a través del agua) o una referencia al pueblo belga de Spa, conocido en la época romana por sus baños, el caso es que esta costumbre de moda ha llegado hasta aquí.
O casi: se ha quedado a unos kilómetros de Pareja, concretamente en el pueblo de Pastrana, que quizá comience a ser conocido por algo más que por la historia de la Princesa de Éboli.
El spa está instalado en un antiguo molino rehabilitado y mantiene un carácter sencillo, muy diferente al de la mayoría de los establecimientos de este tipo.
Después se siente uno como una tirita usada, tiene la cabeza vacía y una sonrisilla tonta que no se le quita hasta el día siguiente. Altamente recomendable.
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