domingo, 30 de septiembre de 2007

El entorno rural, el cine y el compromiso con la historia


Estos son algunos de los temas de uno de los largometrajes más penetrantes que he visto últimamente. Penetrante es la palabra que escojo para intentar describir la sensación que he tenido sentada delante de esta película, que va calando poco a poco dentro de la piel hasta llegar a un lugar muy hondo que no sé localizar. Se trata de Un lugar en el cine, primer largometraje de Alberto Morais, un joven cineasta que ha decidido homenajear a tres directores que para él tienen mucho en común: Theo Angelopoulos, Víctor Erice y Pier Paolo Pasolini. Los tres (el último - fallecido - en boca de Tonino Guerra, Nineto Davoli y Nico Naldini) hablan del neorrealismo italiano, de la memoria histórica, de la muerte del cine como experiencia colectiva y su transformación en privada, del compromiso con la gente y el amor al prójimo, del lenguaje cinematográfico y del lugar del cine en el mundo actual. Alberto, por su parte, se pregunta con mirada pesimista dónde ha quedado el compromiso en el cine de su generación (la de l@s treintañer@s, nosotr@s, nacid@s en democracia y en el Estado del Bienestar).

Y de nuevo, ¿qué tiene que ver esto con Alteralcarria? Realmente, cualquiera que vea la película lo sabrá al instante sin necesidad de explicación por mi parte, pero esta es ya la primera dificultad, puesto que excepto en el festival de cine de Hamburgo, la Seminci en Valladolid y uno en Chile, no es seguro que se pueda ver en una sala de cine comercial. Así que me temo que tendré que explicar una relación que me resulta obvia pero difícilmente plasmable en palabras:

1. Todas las entrevistas a los directores tienen lugar en entornos rurales: una estación de tren de un pueblo segoviano, Ostia (la playa donde fue asesinado Pasolini) y varios pueblos de Italia.

2. Las películas que forman el hilo conductor también se grabaron en el entorno rural: "El espíritu de la Colmena" (en Hoyuelos, Segovia) o "Alejandro el Grande", de Angelopoulos, en un pueblo de la región de Macedonia, en el norte de Grecia. "Roma ciudad abierta" es otra cosa, pero se proyecta en un cine de provincia y hablan los chavales de la región sobre ella.

3. Las imágenes que aparecen de grandes ciudades (Atenas, Roma y Madrid) producen una sensación de agitación, ruido, caos, que acentúa el contraste con las imágenes del entorno rural. Al preguntarle por esto a Alberto me contesta que las ciudades tienen un carácter mucho más homogéneo, igualado por las marcas de multinacionales cuyos logotipos reconocemos inmediatamente como algo familiar. En los pueblos, sin embargo, los signos de la globalización no son tan aparentes a simple vista.

El documental es una invitación a reflexionar sobre grandes temas, a sentarse horas y horas con las películas de estos directores y a ver de nuevo "Un lugar en el cine", deteniéndose en sus muchos pasajes profundos y encontrándose una y otra vez con cada uno de los pensamientos del esquivo Erice.

Yo salgo lamentando que haya habido tan poco tiempo para charlar con el director, con un montón de preguntas no formuladas en el bolsillo, pensando si se habrá rodado cine en Guadalajara, con la idea de investigar sobre el tema y - por último- de salir quizá algún día con la cámara de vídeo...

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